El varano gigante filipino (Varanus bitatawa) es una especie de saurópsido escamoso de la familia Varanidae. Es un pariente cercano del dragón de Komodo, pero a diferencia de este (que es carnívoro), el bitatawa se alimenta de frutas y caracoles. Lo que si comparte con el dragón de komodo es su gran tamaño. La nueva especie tiene un tamaño que oscila entre los 30 centímetros y los dos metros de longitud. El animal fue descubierto en el año 2009 y dado a conocer en Abril del 2010.
Los brillantes colores de este gigantesco reptil no parecen haber sido impedimento para haber pasado desapercibido durante siglos a los ojos de la ciencia. Su carácter huidizo le ha permitido permanecer oculto a ojos de los investigadores, a pesar de encontrarse en una zona densamente poblada. Su habitat natural, los bosques de la isla de Luzón (Filipinas) están sufriendo una deforestación cada vez más notoria y llegará un momento en el que el ecosistema de la zona tenga un daño irreparable.
Un viejo conocido imposible de localizar
Con escasas zonas por explorar en nuestro planeta, parece no haber cabida para encontrar nuevas especie de vertebrados de gran tamaño, lo que hace de descubrimientos algo muy poco corriente. De hecho, resulta sorprendente cómo un reptil de esas dimensiones y de aspecto tan llamativo haya podido pasar inadvertido hasta ahora, a pesar de habitar en una zona densamente poblada. El doctor Brown en declaraciones afirmaba lo siguiente:
"Estoy realmente muy impresionado -asegura el investigador Rafe Brown, de la Universidad de Kansas- por el hecho de que una especie tan grande, visible, brillante y coloreada haya podido escapar de los biólogos durante los últimos 150 años". El lagarto, de hábitos sigilosos, ha huído siempre de las zonas habitadas y ha sabido, hasta ahora, ocultarse de la vista y las expediciones de los científicos. No así de los habitantes de la región. "De hecho -explica Brown- las comunidades indígenas residentes lo conocen desde hace generaciones. Si sólo los biólogos les hubieran escuchado antes...". En efecto, hasta ahora y durante los últimos diez años, la existencia de este reptil era un simple rumor que corría entre los investigadores que trabajan en la zona.
Descubierto por casualidad
Durante años expediciones en busca de este gran reptil fracasaron y nunca pudo localizarse un ejemplar de un enorme lagarto del que hablaban los nativos locales. Sin embargo las esperanzas fueron recuperadas cuando en el 2001 unas fotos hechas por unos turistas mostraban a grupos de cazadores indígenas transportando ejemplares recién cazados.
Tiempo después, el verano del 2009, Brown junto a otro grupo de investigadores organizaron la expedición definitiva. Durante dos meses registraron la selva en busca del mítico animal "Empezamos en julio, pero la época de lluvias se adelantó. Y subir por las montañas, empapados, con un equipo de veinte personas y todo el material y los engranajes cubiertos de barro fue una tarea muy difícil" la búsqueda aunque complicada tuvo sus frutos, "Sabíamos que estaba en la selva, a nuestro alrededor -recuerda Brown- Vimos las marcas de sus garras en los árboles, sus huellas en la arena e incluso encontramos sus excrementos". Muy cerca ya del final de su complicado y extenuante viaje, cuando ya casi no quedaban provisiones ni dinero, se toparon con un gran macho adulto, atrapado en una trampa de cazadores indígenas. "Fue como el premio al final de una maratón", bromea Brown.
Se tomaron muestras de ADN del animal que demostraron que se encontraban frente a una especie nueva, la cual bautizaron como Varanus bitatawa, en honor al nombre con el que era llamada la especie entre las tribus Agta e Llongot, "bitatawa". Ese fue el nombre científico elegido para designar la especie.
Sus características
Los llamativos colores del reptil, amarillo y negro, parecen ayudarle a camuflarse entre la espesura del bosque, los ejemplares adultos pueden llegar a alcanzar los dos metros lo que hace de esta una de las especies de lagartos más grandes del mundo.
Entre sus características más destacadas, está la de sus peculiares órganos reproductores, que los lagartos, según explica Brown, "tienen dentro de su cuerpo, proyectados hacia dentro como un par de calcetines doblados. Cuando es hora de usar esos órganos, los despliegan y los inundan de fluidos que les confieren la rigidez necesaria para la reproducción. Llamamos a esto hemipene, y los lagartos tienen dos de ellos", que utilizan indistintamente (y alternativamente), durante el acto sexual.
Este lagarto don dos penes tiene un dieta poco común de frutas y caracoles, la mayoría de sus parientes como el dragón de komodo se alimentar de presas, carroña y huevos de otros animales.
Se desconoce el número de individuos de esta especie que hay en la actualidad, pero los científicos estiman casi con toda seguridad que debe haber muy pocos, que de no preservarse podido extinguirse incluso antes de ser identificado y clasificado.
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